El 1º de mayo no es un día cualquiera, es el día en que los trabajadores y trabajadoras de todo el mundo recordamos nuestra lucha, nuestra fuerza y los derechos que hemos conquistado con organización y unidad. Hoy puede parecer normal tener una jornada laboral de 8 horas, descansos, vacaciones o acceso a la salud, pero estos derechos fueron conquistados con la lucha de miles de obreros que incluso dieron su vida. El 1º de mayo conmemora a los mártires del Chicago, trabajadores ejecutados por exigir lo justo y dignidad para las y los trabajadores. Y aquí en Chile lo sabemos bien, fueron los sindicatos, las organizaciones populares y la presión contante, las que lograron leyes laborales y salarios menos miserables. Cada van se tuvo detrás a hombres y mujeres organizados, tomando calles, haciendo paros y no dejándose callar. Hoy una ola fascista a la cabeza de libertarios y anarco capitalistas propone la precarización laboral como modelo desarrollo, modelo que ya ha demostrado sus efectos nefastos en Argentina y Ecuador. Este 1º de mayo es un llamado enérgico a no olvidar que lo que se ha ganado y a recordar que se puede perder si no lo defendemos. La invitación por tanto es a organizarse, a sindicalizarse, a no tener miedo de alzar la voz. La historia no ha enseñado que unidos los trabajadores somos imparables.